Ritmos. Melodías. Blues. Soul. Rock. Improvisación. 

No es ninguna casualidad que existan tantos términos para describir la música y de cómo esta nos hace sentir. La música es una de las fuerzas más antiguas y poderosas del mundo. Desde las antiguas tribus que marchaban a la batalla al ritmo de sus tambores de guerra. Hasta los atletas actuales que escuchan sus ritmos favoritos para concentrarse antes de una competición. 

Y, como muestra de lo poderosa que puede llegar a ser, muchos órganos rectores de atletismo han prohibido la música porque consideran que mejora el rendimiento y proporciona una ventaja injusta.   

Pero tú puedes utilizar la música de distintas maneras a lo largo del día para ayudarte en todo aquello que quieras conseguir. La música animada te da energía para empezar el día, los tiempos rítmicos te ayudan a administrar la energía y a mantener la concentración en el trabajo, y los ritmos lentos te ayudan a relajarte tras un día ajetreado. La música es una de las herramientas más versátiles y amenas para gestionar nuestros niveles de energía.